28 mayo 2006

Siguiendo el anticonsejo de un sabio, si es que el sabio sabe porque la experiencia enseña, he decidido cruzar la calle y contar, contar que a veces los dichos se equivocan y que la realidad a veces no es mejor que la nostalgia y que es difícil estar a la altura de un recuerdo o de las circunstancias, pero que dificultad no debe ser nunca sinónimo de impotencia. Y que el mundo esta lleno de “ingenuicidas” pero mi ingenuidad sigue a prueba de atropellos, que el amor es voluntad y yo sigo querer queriendo. Y que la vida parece estar escrita en uno de esos libros que te daba la opción de saltar páginas, con la salvedad de que no te deja hacer trampas y vivir todos los finales, que acabo de volver de un viaje a mi pasado y que me ha decepcionado tanto como me ha gustado, y que no se puede ayudar a quien no quiere ser ayudado: a veces equivocarse solo tiene más valor que acertar con ayuda, o no…
Pues eso.
Oye, una cenita este sabado???

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