Cada vez que una piedra
se rompe, nunca vuelve
a soldarse.
Así desde el principio
de los tiempos ocurre
y todas son heridas
que no cierran.
Ya sé por qué a menudo
mientras voy paseando
no levanto los ojos
del camino.
No es misantropía.
De este modo las piedras
cada vez más pequeñas
y yo nos consolamos.
Andrés Trapiello, Un sueño en otro, 2004
04 septiembre 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario