29 mayo 2007

Poema para simios

¿Qué es mejor?
saber que lo sabes, ignorarlo, hacerse la ingenua,
o cerrar los ojos y seguir viendo monos.
Pensar en las cosas mundanas de humanos
es insípido y superfluo,
tal como pensar en el más allá,
o intentar querer que te quieran.

¿Filosofía? ¿metafísica?
Qué saben esos monos
subidos a sus árboles
colgados con sus colas robustas
ciegos de verde, morados de inconsciencia…
pero…¿hay acaso filosofía mejor que la suya?
que es la de no saber por qué se cuelgan
ni saber que no lo saben.

08 mayo 2007

Yo no sé cuánto suman 30 días vista:

6 noches en vela,
10 partidas perdidas,
2 retratos de línea,
16 modelados de peones,
3±1 países de colores,
3 millones de amorcitos,
1 pelea de contexto,
2 Foster Hollywood,
1 película coreana,
1 paseo imaginario en piragua…

¿de verdad pensaste
que sabría conformarme
con tu horizonte de días,
pudiendo jugar a imaginar
el número de calorías perdidas?
¿sumas peras o sandías?
¿restas momentos o días?
Por eso,
que cinco años me parece más “sensacionalista”,
y concierno los hechos a 30 sensaciones vista.
Siempre es mejor calcular emociones
que vender calefacciones.
Pregúntame si me importa
la bola del mundo iluminada,
o si prefiero ver tigres de Bengala
en una huerta valenciana.
Salmos poperos de agua,
luna mal iluminada,
sábanas manchadas,
barba mal peinada…
¿de verdad creíste
que podría compartirte?
mesa del silencio,
puerta del beso,
columna del incienso,
pregúntame si es sólo eso
o si, de verdad, renuncias a eso.

04 mayo 2007

- Me hubiera gustado conocerte
cinco años más tarde - Me dijiste.
Pero cariño, uno no elige la fecha de los momentos,
uno se limita a vivirlos, que ya es bastante.
Porque con las prisas que anda el tiempo
de aquí a unos cinco años es posible que yo haya cambiado
de lugar de residencia
de trabajo
de peinado
de tamaño
de hábitos alimenticios
de vicios
de horarios
de estado civil y de salud
de orientación política
de entidad bancaria
y de marca de colonia.
Quiero decir que lo que ahora nos concierne
es lo que vamos a hacer de aquí a treinta días vista,
en tu cama o en la mía,
y las noches hasta la mañana
con el prodigio de tu presencia,
los concursos de dibujo,
la tarta de manzana,
la cama estrecha, la maleta.
Y no me importa que de vez en cuando esto parezca
una película surrealista coreana
en blanco y negro,
subtitulada,
de dos horitas largas,
donde los protagonistas gesticulan y se gritan a destiempo,
donde no sabes qué carajo está pasando.
Me dices que te hubiera gustado conocerme
cinco años más tarde.
Si sigo adelgazando de aquí a cinco años seré transparente.
Por eso creo que es mejor así y ahora.
Porque al fin y al cabo dentro de cinco años
vete tú a saber en qué continente maldormimos.