Al parecer nos hemos acostumbrado a mirar el foro desde la acera y sin pisar la calle, como si nos diera miedo que nos atropellen si bajamos y contamos algo. En mi opinión se trata de una postura prudente pero algo equivocada: de vez en cuando es sano pelarse las espinillas con algún que otro trastabillazo contra el bordillo. Lo digo porque la experiencia -cuya voz tanto respeto porque siempre da buenos consejos- me dice que los golpes secos que duelen mucho pero que no son graves curan más que la mismísima mercromina. Así que si mantenemos esta actitud prudente y callada, nos aseguraremos espinillas intactas, pero creo que pronto empezaremos a notar la china del aburrimiento en el zapato por tener un foro tan jodidamente gris. En previsión y antes de tomar por definitivos los consejos de la experiencia, quiero romper la baraja y proponer un anticonsejo (1): matad a la prudencia, empaladla. La prudencia, mala puta, tiene tanto de útil como de aburrida, por eso hay que tratarla como si fuese un piojo, un descosido, una llaga en la lengua, la bola de acero que nos ata el pie. Queridos amigos haced caso de mi anticonsejo (2): si quereis que el viaje sea de verdad inolvidable, que la prudencia sea el primer lastre a lanzar cuando el globo pierda altura.
(1) Para quien no lo sepa, un anticonsejo es ese buen consejo que nadie con dos dedos de frente se atreve a darte, pero que quizá, al final, puede que sea el mejor de todos.
- el cuidado de mascotas
- las relaciones contractuales con tu entidad bancaria
3 comentarios:
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prueba de comentario 2
Nooooooooooooooooooooo
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