29 marzo 2007

Parámetros, dosis, encaje de bolillos y otras métricas

Todo el mundo sabe que los cinco parámetros para evaluar a un jugador de ajedrez son: la memoria visual, el poder combinatorio, la velocidad para calcular, el poder de concentración y el pensamiento lógico. Y del mismo modo, todo el mundo intuye que los pasos requeridos para dominar el juego de ajedrez son similares a las técnicas psicoanalíticas.

 

Así que, en una época en la q las piezas no me encajaban demasiado bien y me dedicaba a pensar continuamente en el destino de mi calendario, me empeñé en buscar a hombres q tuvieran la proporción adecuada de cada uno de estos componentes ajedrecísticos. Para ello, les sometía a unas 10 partidas de ajedrez y a unas 3 preguntillas del psicoanálisis freudiano relativas, solamente, al preconsciente. Pensaba que, conociendo las medidas exactas de estos parámetros, mi búsqueda sería tan exitosa como divertida. Aunque, he de admitir que, al final, las puntuaciones las enjuiciaba por comparación. Y, por el dicho también se sabe, que las comparaciones son tan injustas como engañosas.

 

El caso es que, añadiendo el matiz de que la ansiedad y el miedo son situaciones que desestabilizan a un ajedrecista de cualquier nivel, a fecha de hoy, debo confesar que a mí me encajan las piezas mucho mejor q antes. ¿Será por qué he llegado a comprender que a veces es necesario sacrificar algunas piezas para poder ganar ciertas partidas? ¿Será por qué me he dado cuenta de q no ganaré nunca una partida si no trankilizo a mi reina y la saco de paseo? ¿O…kizá, es por el hecho de q mi nuevo contrincante, a pesar de odiar la competición, luche en el campo mejor q Leónidas y sus 300?

Empirismo trasnochado

La postura que tienes al despertar es lo que decide cómo va a ser el día que te espera. Verdad de la buena. Hoy al volver a casa andando se me ha mojado hasta el papel de fumar y ahora aporreo renglones a las tres de la mañana a ver si con el ruidito y las conclusiones tontas me quedo dormido. Mi cama me parece estúpida, creo que mañana despertaré bajo el mismo techo azul (sospecho que en la misma postura) y esta noche he llegado a la conclusión de que uno puede saber quién es contestando a cinco cuestiones muy simples: horario y composición de tus comidas, dónde estabas el sábado pasado a las cuatro de la mañana, los números de teléfono que aparecen en tu última factura, frecuencia en la masturbación y saldo neto a fin de mes. Por mi parte, lo que intento es encontrar la proporción adecuada de algunas cosas: la longitud del beso, los centímetros de barba, las horas de sueño, la frecuencia del deseo, el tamaño de la cama, las cervezas necesarias, la distancia soportable, la jornada laboral y el número de amigos. Quizá conociendo la dosis exacta de todo esto me encajen mejor las piezas y la máquina se mueva, y da igual hacia adónde pero que se mueva. Al fin y al cabo todo es cuestión de dosis, proporción, postura, frecuencia, número, momento. Cuántas noches por semana, cuántos días al mes, el destino de mi sueldo, mi lugar de residencia, sábado sí sábado no, la adicción al calendario o cuándo llega la hora de decir dos palabritas.

23 marzo 2007

Tradición filosófica de la substancia

Decidí escribir según el peculiar proceso de Roussel, ya que parecía q tenía las palabras clave, o mejor dicho, tenía las certidumbres marroquíes de dos viajeros despistados. Sin embargo, mi nivel de redacción narrativa, al igual que mi ya consabido temple, no han mostrado ser suficientemente equilibrados, oscilando mi punto de inflexión entre cero e infinito. Así pues, resuelvo ceder la historia de la route a mi paciente compañero de aventuras, ofreciéndole estas oraciones - tan íntimas como públicas - como si de la técnica del mismo Roussel se tratase:

- Tourist photo con Amedio
- Anuncian por el altavoz: hay unos viajeros que, a última hora, han decidido no embarcar
- Por pedir otro bocadillo de jamón “vas a la tuya”…
- Una dieta equilibrada: Cuscús, tajin, y un largo etc.
- “Attention” q rima con “Satisfaction”
- Zombis de la cuneta sin un por qué aparente
- Cientos de militares a lo Paco Pérez
- Tensión matutina en la rent a car
- Mohamed V compra todas las avenidas
- La capacidad innata de ser embaucado
- El regateo es de cobardes y los collares eran de plástico barato
- La moda del burrito
- Cascadas en la lejanía
- Fez por unanimidad se lleva el Goya, por lo menos en la modalidad de bañeras
- Cómprate una Madraza por 36000€!
- Piedritas en todos los bolsillos
- Por si acaso…tómate cuantas cervecitas puedas allá donde las veas…
- Por ser tú…un especial precio!
- Horror vacui
- Será verdad lo del rayo láser de Hassan?
- Yo tengo un primo…
- “Que te jodan” y una larga súplica de redención
- Para los turistas…vacaciones en un Hamman!
- Vamos a Meknès a comprar más dulces…!
- Un sueño: Rabat y el marisco
- Yo es que todavía, por más q me esfuerzo, no pillo tu forma de viajar
- No se me olvida el ahorcado…”bienvenido amigo”

Y para terminar con un exceso de intimidad y demostración, más q sobrada, de mis dotes del francés: Je voudrai savoir mon amour si nous pouvons faire un autre voyage pour le monde?

02 marzo 2007

Red de zurcidos de sabiduría

A sabiendas que títulos como “Quebrar mordiendo” o “Adornar” son fruto de la energía sin inteligencia de los dedos al lanzar tres monedas chinas, o simplemente, son obra del azar de unos pensamientos no controlados; siendo consciente de todo esto y más, debo constatar aki que, a pesar de q el I Ching no contempla el hexagrama: “No preguntes más pesada”, yo defiendo la famosa sentencia: ex nihilo nihil fit (nada se crea de la nada). Así que, también keda medio dicho que apoyo la teoría de la transformación de la felicidad como si de energía se tratase; con la anotación científica correspondiente de que, en todo proceso de transformación, algo de energía se pierde por el camino…aunque, cierto es también, q el keso de cabra aporta mucho componente energético en momentos de felicidad consumada y q ayuda a reponer fantásticamente los depósitos de partículas de lozanía…
Pero volviendo a mi frase vacía de la capacidad de sacar de la nada (creatio ex nihilo), me pregunto si, entre tanto viaje y destino primitivo, tendremos q volver a la nada para estar más cerca del despliegue de nuestras plenitudes creativas, o si, por el contrario, recurriremos a nuestras particulares normas del aburrimiento y la impotencia melancólica…
Aún con todas estas profecías de mi Oráculo infantil, q parecieran casi científicas, realmente, a mi me sigue dando igual si la verdadera creación artística de mi pasión parte de la hoja en blanco o de las sucesivas tormentas mundanales….

01 marzo 2007

Reflexología (o pensar con los pies)

A tenor de lo que dicen los horóscopos y algunos boleros, salud, dinero y amor parecen ser los componentes esenciales de la felicidad. Claro que se trata de una arquitectura tan endeble que un análisis de sangre o un salario mileurista pueden convertir la fórmula en pura bagatela. Por eso durante un tiempo consideré que la disponibilidad de ron cacique, comprobar dónde acaba el hilito del tanga o no tener que madrugar eran ingredientes mucho más meritorios y dignos de mi esfuerzo; vive Dios que en ello puse todo mi entusiasmo aunque ahora tenga que reconocer que no sé si fue por inercia o por verdadera convicción. Lo cierto es que al cabo de los años ninguna de las dos posturas ha acabado de convencerme: una por falsa y la otra, sencillamente, por estresante. Así que el único camino parece ser buscar más alicientes. Una dieta adecuada, elegir bien el lugar de residencia y planificar tus vacaciones son desde luego elementos muy válidos, pero tampoco. Aprender otro idioma, adquirir aparatos electrónicos o ser profesionales en nuestro trabajo también son detalles que sin duda podrían ayudarnos a mantener risueño el karma, de no ser, claro está, porque en el fondo sabemos que sus efectos son muy limitados en el tiempo ¿Qué nos queda entonces? Cambiar de marca de ron, buscar otro trabajo, viajar, intentar a toda costa no aburrirnos... Hay quien opta por los libros de autoayuda, también los hay que se casan, o se apuntan a un curso de fotografía, incluso conozco a un par de tipos que aprendieron élfico. Por lo que a mí respecta, generalmente tengo mis dudas sobre el procedimiento adecuado; de hecho, últimamente creo que nada importa demasiado: cualquier sábado te ves compartiendo vino y queso de cabra a las siete de la mañana mientras hablas de pintores locos y de guerras africanas, o perdiendo el metro por escasos centímetros -a ti se te caían las medias de correr tanto- por entretenernos más de la cuenta en el sofá. Y ocurre que un día, de repente, desayunas.Y ya no te extraña que los mismos dedos que escribieron aquello de que era mejor huir que besar siempre los mismos labios, ahora se declaren adictos a la yema de otros dedos. El I Ching, los billetes de ida y vuelta, el horóscopo y las destilerías, la inercia... son tantos los elementos a tener en cuenta que, después de hacer balance y de deshacerme en esfuerzos, sólo alcanzo a plantarme en una conclusión más propia de un sobrecillo de azúcar que producto de una reflexión seria: la felicidad no se crea ni se destruye, simplemente se transforma.