De kién es este foro? me lo pregunto porque lo estoy invadiendo de escritos, y ya me está dando reparo. A alguien debo agradecer esto. Sinceramente, es un buen método para soportarse. Esto de escribir a alguien y no escribir a nadie en particular tiene su punto. El caso es q hoy llueve a cantaros y me han obligado a salir de casa p firmar unos papelitos q detesto. Los aborrezco por su falta de gracia y porque me recuerdan la retrospectiva del personaje q representé. Me he montado en un tren y, hasta q he llegado al supuesto destino, he ido viendo pasar cada uno de los trenes en los q he montado p firmar y desfirmar la venta de mi alma. Son muchos ya y, a pesar de q me producen mareo, lo sigo haciendo, sigo montando en los trenes sin cómicos. Y a mi me gustan esos vagones en los q aparece un tío desdentado con una guitarra y se pone a saltar de contento, y te dan ganas de ponerte a cantar con él, porque encima luego se le olvida pasar la gorra, y tú te preguntas: si este tío pasa de cobrar las gracias, qué coño hago yo sentada yendo a un destino a cobrar mis seriedades? Y es que, cuando salí de casa, se me olvidó el pacto q había hecho el cuerpo con mi alma, q se la lleva prisionera con cadenas al campamento del enemigo. Lo peor ha sido cuando he llegado a mi destino y me han sentado en una de esas butacas con olor a terciopelo violeta y a tecnología punta. Me han entrado unas ganas irresistibles de devolver, pero me he kedado allí pasmada, con cara de simpática, como si no supiera lo q iba a firmar. Ha llegado una mujer madura. Pensé q era una de esas super directoras trajeadas q me iba a contar el cuento de la lechera y cómo ordeñar mis rentabilidades. Pero no, ha soltado una carcajada mirándome a la cara. Y eso, para alguien de su posición, resulta algo más q cómico. Ninguna business manager, hoy en día, mira a la cara a uno de sus futuros recursos y se ríe como si hiciera buen tiempo. Lo digo yo q he visto a muchas. Debe ser que me ha debido leer los pocos pensamientos irónicos q me kedaban en ese momento. Y me ha ofrecido a su perro, un caniche rapao q se parece a la oveja lucero. Y acto seguido, como ha visto mi cara de póquer, también me ha ofrecido a su hijo. Luego, lo he entendido todo mucho mejor. Me ha explicado q para un mujer q va entrar en la treintena, soltera, sin hijos y sin ningún animal ni hombre a su cargo, la jugada me iba a salir cara. Vamos q hacienda me iba a pegar el palo, y q no merecían la pena los recorridos en trenes sin gracia. En fin, estas cosas q te pasan una mañana y no entiendes muy bien porqué, pero siempre piensas q es una señal del más allá. Aún así, he cogido la pluma y he firmado compulsivamente unas veinte hojas. Por dentro se me han caído unas veinte lágrimas por hoja, pero he seguido sonriendo. Acto seguido he montado en el mismo tren de vuelta. Ha sonado el móvil. Era mi condescendiente padre para recordarme que, de no comprar una casa rapidito, en un mes a no más tardar, el estado iba a tomarse la justicia por su mano, nunca mejor dicho. Y ya de paso también ha matizado que, de comprar, mis obligaciones serían las de viajar indefinidamente en uno de esos inalterables vagones. Así, q he llegado a mi casa y he pasado de irme a montar en bici con los snobs de turno. He pensado en coger la botella y mañana will be another day…pero joder, con la de sueños q tú tenías en tu infancia viajando en barco con tu monito Crispín!!!
08 febrero 2007
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