"Ya no hablas igual"- eso me dijeron. La palabra Canadá y el trineo con perros de plastilina no parecen sonar de la misma forma en mis labios azul klein. Así q hoy prometo no imitar a nadie y escribir con mi propia patente, con las palabras q yo misma modelé antes de q la paloma mensajera pasara por mi tejado. Lo siento, esto incluye a la "k" y a la "q" aunque no agraden.
Me educaron, como a casi todos, para aceptar las llamadas leyes de la ciencia. Sí, esas q nos hacen la vida más cómoda aunque eso no presuponga nada en lo q se refiere a su validez. Y es q estas leyes nos hacen gustarnos tanto q nos consideramos los pequeños principitos de la tierra….Pero alguien ya muerto tuvo sus dudas al respecto, y yo, por obra de la bienaventurada casualidad, me encontré con una de sus partículas subatómicas. Y ahora soy una de esas pseudos q no puede soportar la seriedad de la vida y q le gusta opinar q hay 12 variedades de quarks q se distinguen por seis sabores, tres colores, tres anticolores y varios grados de rareza. El azar, el orden aleatorio y los juegos han hecho temblar las leyes, realmente se han vuelto poco sólidas. Y ya no existe la marcha atrás prudente, sólo la vuelta de tuerca irónica. Por eso, por mucho q pienso y me estrujo la cabeza, lo único q tengo claro a día de hoy es el deseo de kerer habitar en cualkier lugar en el q haya una gran aceptación para los pseudos y poder maravillarme cada día haciendo una máscara con agujeros transpirables para mi adorable.
07 febrero 2007
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